El arte de delegar sin construir nada

Una mirada honesta sobre cómo varias empresas confunden delegar con desentenderse... o abaratar costos.

Cuando todo es trainee, nada es estrategia.
De primeras, quiero dejar muy claro que realmente no tengo nada contra los trainee. Todos lo fuimos. Yo también fui esa persona que entraba a un equipo sin acceso a nada (incluso como Senior), con un calendario lleno de reuniones donde nadie hablaba y con un listado de tareas que se entregaban más por mera obligación que por comprensión.

La formación es clave… pero la oportunidad es fundamental.

Pero es hora de ser honestos: hay empresas que han hecho del modelo trainee la base de su negocio. Y sólo puedo concluir que es no porque les interese educar —sino porque les sale más barato no tener que comprometerse.

Esto sucede recurrentemente en áreas técnicas (como posicionamiento orgánico, pauta, automatización, analítica, arquitectura, especialidades en ingeniería, ventas, diseño, administraciones, etc.), donde definitivamente la experiencia y la continuidad sí hacen la diferencia entre tener una estrategia… o simplemente llenar un Excel injustificado porque alguien lo pidió en uno de esos tantos grupos de WhatsApp.

Aparentemente, en esos entornos todo parece estar «piola», pero en realidad no está pasando nada. Lo técnico se convierte en una lista de tareas operativas, sin contexto, sin visión, sin alma y sin ninguna oportunidad de mejora. Solo entregables, muchos de ellos sin sentido y que (para peor) cambian de dueño cada 3 meses o menos.

Ahí puedes ver la consecuencia.
Una alta rotación de personas que entran, entienden al pedo, hacen algo y se van.

Y así el siguiente…
Y el siguiente…
Y EL SIGUIENTE…
repite.

Al final, el cliente (o peor aún la misma empresa) no tiene idea del por qué la baja de su rendimiento, de su baja tasa de cierre de negocios y comienzan a crear una enemistad casi conspiranoica contra la plataforma o alguna persona de turno.

Pero obvio… al menos todos tienen acceso al drive y cuentan con un correo con dominio personalizado. Y a veces… para ellos eso basta.

¿Cuál es el problema?

El problema es que detrás de esa pseudo «escuela», no hay ninguna oportunidad de crecimiento real. Nadie guía, nadie desarrolla y solo se lidera por tareas, no por propósito.

Claro, de vez en cuando aparece algún perfil brillante, pero eventualmente se va y termina sufriendo rebotando mientras encuentra aquel lugar adecuado donde desempeñarse. Debemos entender que esto es obvio porque, por más que uno llegue con hambre, uno termina chato e incómodo de solo masticar aire. Un auténtico rompecabezas.

¿Es posible resolverlo? Pues claro que si.

But, por muy simple que sea la solución, muy pocos están dispuestos a seguir estos pasos:

  • Dejar de pensar en personas o minions que hacen tareas y empezar a construir equipos con cabeza, cuerpo y propósito. Importante recordar que sin cabeza no es posible usar bien un sombrero.
  • Acompaña a los que entran y asegúrate de dedicar un tiempo prudente en donde puedan ver una estrategia completa que si o sí sea parte de su formación.
  • Definitivamente deja de usar la palabra «mentoría» si en realidad solo estás lanzando briefs como si se tratara de una panadería de paso entre el metro y tu casa.

En definitiva: Puedes llenar un calendario de entregas, dejar un archivo excel bellísimo con un montón de actividades y AÚN ASÍ no estar formando a nadie.

Como en algún momento me enseñaron:
Delegar sin explicar es como enseñar sin hablar: no pasa nada. El crecimiento se da por acumulación de sentido y no de tareas.

Así que, tu que tienes muchas ganas de invertir en talento joven, hazlo bien y no de manera miserable. Por favor que la pasantía no sea solo un episodio más en la vida de quien busca oportunidades… es mil veces mejor pensar que también puede ser un gran inicio.

Dedicado a mi buen amigo Rodrigo Sánchez, a mi equipo original de UI/X y a todos los que han pasado por mi tutela o intento de liderazgo.